jueves, noviembre 13, 2008

CUANTO SE PAGA EL APARADO DE UNA MUESTRA???????

Es la pregunta del millón, y debería pagarse eso, (gracias amigos aparadores).
Es que aparar un zapatito nuevo, guiado en el mejor de los casos por un prototipo y en el peor, por una explicación verbal, tiene un valor que va más allá de su precio.
Lo cierto es que hacer una muestra tiene un costo operativo igual al aparado de 5pares de producción, con el agravante que "tienen" que ser hechas por el titular del taller, quién por ésto, no puede atender el funcionamiento normal de su taller y la mayoría de las veces no tiene un encargado en quién delegar esa responsabilidad.
Remarco aquello de que tienen que ser hechas por alguien que conoce su oficio al máximo y que de esta forma puede, no sólo entregar una muestra con calidad para ser una muestra comercial sino que además, puede y debe, informar de los problemas que encontró en el aparado, información que debe rescatar el desarrollista para encarar la solución del problema y que no se presente en la producción.
Sin embargo, aunque parezca lógico y necesario que el taller de aparado corra con este costo que genera una muestra, generalmente se le discute mucho el precio, logrando que la muestra no se apare con la atención que merece y que la información que pueda ser generada y que es necesaria para el futuro de las tareas a producir, se pierda en el apuro del aparador por combinar muestra y producción del día.
Es importante reconocer este valor en esta etapa del desarrollo para ganar en calidad y rapidez en los procesos siguientes.

jueves, noviembre 06, 2008

HORMAS SIN FORMAS

Sabemos que para poder hacer el tan soñado zapatito único y original debemos empezar por una buena horma, única y original en lo posible, sin embargo, me parece que ultimamente los hormeros están demasiado orginales.
He visto hormas que no muestran relación con un pie humano.
Se supone que una horma es un maniquí del pie, y como tal, será estilizado y fantasioso, pero los maleolos están siempre en el mismo lugar desde que el hombre empezó a caminar, y los movimientos de pronación y supinacíón siguen necesitando el mismo sostén desde que el primer zapatero cavernícola descubrió que envolviéndose los pies con tiras de cuero, resistía más al correr, trepar árboles, subir cuestas y esas cosas que ya no podemos hacer aunque querramos dada la poca cantidad de árboles, espacios libres y lugar que queda en el mundo aunque esto es harina de otro costal (o entrada).
Decía que encuentro hormas con talones desalineados, plantas torcidas, exceso o falta de empeine, exceso o falta de calce, quebrantes que desafían toda técnica, apoyos plantales esféricos, plantas con los ejes en ángulo muy cerrado o muy abierto, aunque en ocasiones esto se debe al fondo que se llevó al hormero para hacer el original, y me parece que aquí tenemos otro tema muy delicado y que puede transformar nuestro zapatito en un botín de Frankestein (sin desmerecer).